Por: Luis Manuel de Peña
Abogado
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En el escenario político actual (15 de marzo y 17 de mayo de 2020) tres (3) partidos políticos y sus aliados luchan por el control de la administración del Estado, con las siguientes fórmulas para la presidencia y vicepresidencia de la República: Partido la Fuerza del Pueblo (FP) de Leonel Fernández y Sergia Elena de Séliman como vice; Partido Revolucionario Moderno (PRM) de Luis Abinader y Raquel Peña para vicepresidenta; y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Gonzalo Castillo y Margarita Cedeño como compañera de boleta. Es la primera vez que los partidos políticos dominicanos llegan una boleta presidencial equilibrada entre mujeres y hombres.
Por ahora, saber cuál es el partido político o la alianza de partidos con más posibilidad de triunfar en las elecciones, es una utopía; porque la suspensión de las elecciones municipales del 16 de febrero de 2020, por parte del Pleno de la Junta Central Electoral (JCE) al haberse encontrado un fallo en el voto automatizado que creó una crisis política-electoral inesperada modificó los pronósticos existentes de las elecciones en el nivel municipal, congresual y presidencial.
Esa interrupción provocó que miles de jóvenes de la sociedad civil se lanzaran a protestar en la Plaza de la Bandera frente a la JCE, a lo que se sumó todo el país con cacerolazos desde las casas; esos jóvenes mostraron su fuerza y capacidad cívica al organizaron un evento gigante el 27 de febrero, Día de la Independencia Nacional, pidiendo a voces, con pancartas, canciones y otras manifestaciones: la renuncia del Pleno de la JCE y la salida del Gobierno del PLD del poder.
Otro evento masivo, fue el realizado el domingo 23 de febrero por catorce (14) partidos de la oposición, guiado por el Dr. Leonel Fernández, Luis Abinader, Federico Antún (Quique), y otros políticos no menos importantes; quienes marcharon desde la avenida Máximo Gómez, George Washington hasta llegar al parque Independencia frente al Altar de la Patria, donde tres jóvenes leyeron un manifiesto en el que condenaron la acción de la JCE; además, les solicitaron al jefe de Estado y de gobierno imparcialidad en los procesos electorales del 15 de marzo y del 17 de mayo.
Los jóvenes y los partidos que se manifestaron defienden que se garantice y proteja la estabilidad democrática, la institucionalidad, la Constitución y la seguridad jurídica del Estado dominicano.
Se aprecia en este escenario político complejo que la Junta Central Electoral ha entrado en un estadio de silencio, al no ofrecer una respuesta clara sobre lo sucedido. Esa suspensión de las lecciones que condujo a la crisis política-electoral y las manifestaciones, ha puesto el proceso electoral dominicano en manos de organismos internacionales: Organización de Estados Americanos (OEA); Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE); y la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES, por sus siglas en inglés). La independencia del órgano investigador de los delitos y crímenes electorales y del órgano que debe organizar, dirigir y supervisar las elecciones, ahora están en manos extranjeras.
A menos de una semana para las elecciones del nivel municipal y; dos meses y varios días para la congresual y presidencial, se iniciaron dos diálogos paralelos. El Diálogo por la Democracia, organizado por los jóvenes que se manifestaron en la Plaza la Bandera y algunos políticos y; el Diálogo Nacional, convocado por el Poder Ejecutivo y constituido por el Concejo Económico y Social (CES) en el que solo participan los partidos PRM, PLD y PRD, y algunas organizaciones de la sociedad civil.
La Fuerza del Pueblo, el PRSC y otros partidos apoyaron el diálogo de los jóvenes; pero no el diálogo del CES, porque entienden que este último es inconstitucional.
El objetivo de todo esto es encontrar una salida a la crisis política-electoral, para celebrar elecciones pacificas, transparentes, libre y democrática en la República Dominicana.
En adicción a ese mapa político, Luis Abinader, Gonzalo Castillo, Leonel Fernández y sus partidos tienen un reto importante que afrontar, porque los ciudadanos dominicanos que están en Europa, Estados Unidos, América Latina y el Caribe; en las 32 provincias, los 158 municipios y los 235 distritos municipales no piensan dejarse manipular al estar indignados, razón por la cual se unirán para votar en una sola dirección para lograr la mayoría.
La confianza del pueblo fue traicionada. Por lo que, el pacto social firmado entre el pueblo y cierto sector parece estar llegando a su fase final. En ese orden, la ciudadanía está lista para avanzar por el camino bueno de la participación, el progreso, la justicia social y el bienestar para que prevalezca en el tiempo el Estado social y democrático constitucional de Derecho.