Probablemente has leído o escuchado frases como las siguientes: «olvida el pasado, es historia»; «si el pasado te llama, no le contestes, no tiene nada nuevo que ofrecerte»; «deja atrás el pasado, solo te detiene»; «el pasado hay que enterrarlo», etc.
Quizás, justo en el momento en que escuchas o lees tales frases, las has recibido con simpatía y hasta puede que hayas estado de acuerdo con su mensaje, con su contenido. Sin embargo, debes saber que el pasado no es tu enemigo.
Ciertamente, aquí estoy considerando situaciones muy generales, pero no menos cierto es que, cualquier tipo de experiencia ocurrida en un tiempo remoto, te ha proporcionado al menos una lección de vida. Los acontecimientos que has experimentado no son «desgracias» ocurridas al azar.
Eso que eres hoy, de alguna manera, es causa de tu pasado. Si eres una persona dotada de cierta madurez, fue porque tus pasadas experiencias te forzaron a cambiar, a ser otro tipo de persona. Si eres alguien que se ha superado en el ámbito económico, social, político, profesional, etc., ha sido causado por aquel pasado que hoy forma parte de tu «hoja de vida».
Cada hecho acaecido, a lo largo de la historia de tu vida, te ha marcado, te ha dejado huellas, ha colaborado en la construcción, en la formación y en el desarrollo de la gran persona que eres hoy.
El pasado sí importa porque te ha permitido ser diferente. Porque hoy puedes contar con algo que se llama «experiencia», la cual es una fuente importante de conocimiento. Dicha fuente te cohíbe de cometer los mismos «errores», de «tropezar dos veces con la misma piedra».
Abraza tu pasado, acéptalo y guarda siempre lo mejor que no es más que aquello que te ha enseñado. Aquellas lecciones que hoy te han permitido ser lo que eres; un gran ser humano.
¡Feliz inicio de semana!
Edison GT.