Acudí esta tarde al Parque de Las Terrenas con el propósito de participar en una jornada de protesta pacífica que supuestamente tenía por finalidad exigir de las autoridades electorales del país, una explicación verosímil y soluciones saludables que sirvan de palanca para poner fin a la crisis político- electoral generada como consecuencia del sabotaje perpetrado contra los equipos del voto automatizado que se utilizarían en el conato de elecciones municipales del domingo pasado.
Me presenté allí en calidad de ciudadano y de peledeista; tuve el honor de acompañar a un nutrido grupo e compañeros que eran movidos por el mismo motivo que yo: “Que la gente sepa que los miembros del PLD también exigen una explicación y también han sido severamente afectados por esta crisis”.
Al llegar al lugar de la concentración, no pude evitar ser embestido por una marejada de arqueadas que me invitaban a vomitar la vergüenza ajena; la desfachatez de un disfraz cursi y descarado; el fracaso definido de una oposición sin discurso y sin dignidad.
Allí jamás se escuchó ninguna voz o cántico que exigiera a JCE cumplir con sus competencias legales y constitucionales y ofrecer a la sociedad dominicana, mediante un proceso de investigación serio y ágil, una solución salomónica que devuelva a este pueblo La Paz y el sosiego que tanto nos ha costado alcanzar. Pensé que el objetivo era pedir claridad y que se aplique un régimen de consecuencias cónsono con los preceptos legales, sin importar quien caiga.
Contrario a lo que yo y muchos esperaban, en aquella convocatoria sólo se escuchaban gritos y barullos cargados de odio y sorna; todos alegóricos al partido de gobierno y su militancia; epítetos de todos tipos y colores: “ladrones, se van los ladrones, se van los corruptos, y otros y otros y otros hasta el infinito; todo lo cual, deja una clara demostración del nivel de desesperación y desafuero que tiene poseída a la oposición.
Huelga decir, por cierto, que la actividad dejó entrever la débil capacidad de convocatoria del PRM, el PRSC y LFP, quienes juntos no fueron capaces de reunir en aquel lugar a una concurrencia que superara las 250 personas; y eso sumando el grupo de peledesitas que hicimos acto de presencia.
El señor José Bourget; que no sé de qué manera llegó a convertirse en lacayo de los intereses de la oposición, cuando siempre se vendió como un político que pertenece a una corriente diferente, hizo la convocatoria al pueblo en general para que se diera cita a protestar de forma pacífica y apolítica, cosa que entendimos justa y oportuna; sin embargo, los representantes de la oposición utilizaron esta actividad para acudir con su disfraz patético a vociferar oprobio al PLD. La pasión y la ambición de poder les cambió el norte y, en lugar de pedirle a la junta transparencia y elecciones limpias; fueron a lanzar consignas podridas contra el PLD. !una actividad política contra el gobierno disfrazada de protesta pacífica del pueblo!. Una farsa…
En esta actividad pude identificar las mismas caras que cada dos años los peledeistas derrotamos en las elecciones; los mismos dirigentes mocatos que encarnan el principal partido de oposición en el país, hoy podemos decir que el PRM estaba en la calle, fusionado con los rojos y los verdes, pero utilizando sus pasa montañas para que los incautos no los pudieran identificar.
La oposición demostró que ya su discurso está perdido, que no cuentan con iniciativas propias que puedan persuadir al electorado dominicano, por eso se escudan detrás de cada escaramuza popular para intentar obtener capital político; están apostando al desorden y la desestabilización del país para tomar el poder entrando por la puerta de atrás; por la puerta del caos, por la puerta de la ilegalidad.
Ha quedado muy clara la intención de la oposición hoy en Las Terrenas, también quedó al descubierto la desfachatez de su disfraz.
Por Giordano Abreu