Luis Manuel de Peña
Abogado
luismdpr08@gmail.com
(Santo Domingo, D. N., 29 de octubre de 2019). Nadie ha llegado solo al poder en la República Dominicana, desde que se instauró el sistema democrático en el año 1962. En todos los procesos electorales celebrados desde entonces los partidos, agrupaciones y movimientos políticos, se han visto compelidos a buscar refuerzos para llegar al solio local, congresual y presidencial.
Han pasado 57 años y se aprecia que las principales organizaciones políticas del presente, tales como el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), La Fuerza del Pueblo (LFP), Partido Revolucionario Moderno (PRM), Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y, las demás fuerzas políticas, siguen la tradición de formar coaliciones, fusiones y alianzas para robustecer sus pujanzas electorales.
¿Qué buscan obtener las organizaciones políticas con esas jugadas de ajedrez? Repartirse los 4, 113 cargos electivos, fruto del voto popular. Empezando por el poder local o descentralizado el 16 de febrero de 2020. Cuando estarán en juego 3, 849 plazas: 316 divididas entre 158 alcaldías y 158 vicealcaldías; unos 2, 328 regidores con sus suplentes; además de 470 igual a 235 directores y 235 subdirectores; también 755 vocales.
El 17 de mayo entra en juego el anillo del poder, donde están: la presidencia de la República, 32 posiciones a senadores, 190 diputados que, a su vez, se dividen en 7 del exterior, 5 nacionales y 178 provinciales. También 20 representantes ante el Parlamento Centro Americano (también conocido como Parlacen).
Para alcanzar los escaños mencionados, los políticos emplearan el “arte de la guerra” en contra de sus oponentes, para dividir y conquistar el pastel que no es más que los 7, 505, 507 electores que tendrá inscrito el padrón de la Junta Central Electoral hábil para votar en el año 2020.
Además de conquistar los electores, con esas coaliciones, alianzas y fusiones se persigue otro objetivo: el Presupuesto General del Estado que ese año se espera que sea de unos RD$ 999, 119 millones, el cual se controla y distribuye desde el Poder Ejecutivo o presidencia de la República.
En pocas palabras, la lucha por el poder se intensifica en lo social, económico y político; mientras que la mayoría de los dominicanos no tienen ni idea de que su participación en ese proceso electoral tendrá un precio muy alto.