La pandemia denominada Covid-19 ha alcanzado la fase 4 de desarrollo en su paso por el territorio de la República Dominicana. Esto significa en términos prácticos que el virus se ha convertido en un elemento que circula en las distintas poblaciones infectadas del país; es decir, que el virus se mueve dentro de nosotros, a medida que nosotros nos movemos en los círculos sociales que conformamos.
Naturalmente, esta escala del virus hace que se opriman los botones de las máximas alarmas, puesto que, en este nivel, los índices de contagios diarios aumentan de una forma vertiginosa, progresiva y exponencial, poniendo en riesgo la salud de todos y el colapso casi inminente del sistema nacional de asistencia médica.
En esta etapa del problema nos corresponde dirigirnos hacia dos ejes fundamentales que, si se organizan correctamente y se cuenta con la participación y colaboración de todos los actores, podemos aún salir airosos de esta gran amenaza; veamos:
Primero: Aislamiento Social. Las autoridades gubernamentales tienen la tarea de recrudecer las medidas y restricciones a fin de lograr el confinamiento total de la gente, evitar el contacto entre unos y otros para poder detener la propagación.
No importa si el gobierno ha hecho mal o bien hasta ahora con el problema, lo necesario es que en este momento ese gobierno realice un esfuerzo de primer nivel para abastecer a la población de las necesidades básicas, en condiciones humanas y prácticas, sin conglomerados, sin colas, sin grandes protocolos, se necesita que la gente reciba servicios básicos en sus hogares (alimentos, energía, agua, teléfono, internet), para evitar el movimiento social obligatorio.
La población de su lado tiene que colaborar, más allá de banderías, de condiciones económicas, sanitarias y sociales, poner a un lado la crítica y las diferencias y aportar sea con acciones que con omisiones para que se pueda dar pie con esta desgracia sanitaria, necesitamos contar la mejor versión del ciudadano, apegado al civismo y al sentido común; tienen que seguir las reglas programadas, obedecer a las autoridades, tener conciencia de la gravedad de esta situación.
Segundo: Contención del Virus. Esta parte es también indispensable para lograr palear los efectos de esta pandemia y detenerla; urge iniciar un proceso de pruebas masivas del COVID-19 en toda la población dominicana; y estamos conscientes de que el Ministerio de Salud no cuenta con pruebas disponibles suficientes, de hecho, en todo el mundo escasean las pruebas de este tipo; en cambio, contamos con sectores que pueden aportar sobremanera; tenemos grandes talentos en el país: Artistas, empresarios, deportistas, voluntarios que deben todo su caudal al pueblo dominicano; de manera pues que entendemos, sin ser acuciosos, que ha llegado el momento de devolver parte de ese caudal a ese mismo pueblo que tanto lo necesita y que languidece frente a este monstruo.
Con este sistema de pruebas masivas lograremos identificar un gran número de personas que probablemente no hayan experimentado ningún tipo sintomatología , pero son portadores del virus y por tanto agentes de contagio; y proceder entonces con el proceso de aislamiento de esas personas y los que están a su alrededor.
En definitiva, hace falta una simbiosis sectorial, una combinación de actores, un núcleo de defensa contra el virus en el que todos asumamos un papel, unos pueden aportar con acciones y otros pueden hacerlo con omisiones cómo quedarse recluidos en sus casas.